




La historia de Currucucú, como todas las historias de éxito, es una historia de amor. Amor por México, amor por la comida, amor por la familia. El origen de su nombre, de hecho, encierra un secreto de amor que no revelaremos, pero que vale la pena mencionarlo. La vida y la familia hicieron que sus fundadores, radicados originalmente en el norte del país, voltearan sus ojos a Querétaro y buscaran en la tierra de los arcos y la cuna de la independencia, su “tierra prometida”. Así pues, lo que inició originalmente como un proyecto de “fish taco”, se convirtió en una de las opciones más interesantes de comida artesanal mexicana, no solo en la capital queretana sino en todo el centro del país.
Hoy en día, Currucucú representa esa comida mexicana que quizás se está olvidando con el paso de las generaciones. Esa comida mexicana que no necesitaba congelados, que se aleja de los enlatados y que se enriquece de productos frescos y de la armonía que genera una pizca de cariño combinada con recetas de la abuela, creando sabores auténticos que actualmente ya no es fácil encontrar en la oferta gastronómica de nuestro país.


Selecciona la sucursal para ir a su ubicación en Google Maps
